segunda-feira, 20 de abril de 2009

Ainda por sugestão de Paulo Araújo...


Año II - Nº 106 - Uruguay, 26 de noviembre del 2004


1 Campaa Mundial Seguridad en la Red



LA FUGA DE LOS NAZIS Y LA RUTA DE LOS MONASTERIOS

por Ricardo Ayestarán




PRIMERA PARTE

ERICH PRIEBKE

El viernes 6 de mayo de 1994 ante las cámaras de la televisión que reprodujeron su imagen y sus palabras por todo el mundo, el ex capitán de las Schutz-Staffel (SS) hitlerianas Erich Priebke -octogenario y lúcido- admitió su participación en asesinatos en masa, y su fuga de Europa en 1947 con la ayuda de la Iglesia Católica.- Al día siguiente ratificó lo dicho personalmente al periodista argentino Jorge Camarasa quién lo publicó en el libro "ODESSA al Sur, la Argentina como refugio de nazis y criminales de guerra", Editorial Planeta. Julio de 1995, y que sirve de base para la primera parte de este informe.

Erich Ernst Bruno Priebcke nació el 29 de julio de 1913 en Henningsdorf, cerca de Berlín. Estudió hotelería en Berlín y posteriormente en Italia. En 1933 volvió a Alemania e ingresó al Partido nazi; en

1937 se anotó en las SS con el número de registro 209.305. En 1943 fue enviado a Italia como adjunto del coronel Herbert Kappler, jefe de las fuerzas de ocupación en Roma. Participó en setiembre de 1943 en el rescate de Benito Mussolini, arrestado por decisión del Gran Consejo Fascista por su desastrosa conducción de las acciones de guerra. El 23 de marzo del 44 como resultado de un atentado de los partisanos, murieron 33 soldados alemanes en las calles de Roma. La represalia fue sangrienta. En la madrugada del 24 de marzo de 1944, diez italianos por cada alemán muerto fueron fusilados en una mina abandonada a un kilómetro de la antigua puerta de San Sebastián, un lugar conocido como las Fosas Ardeatinas. El capitán Erich Priebke y el Coronel Kappler supervisaron toda la operación y ejecutaron a los primeros prisioneros con un tiro en la cabeza para dar el ejemplo a la tropa. Poco antes del amanecer los trescientos treinta y cinco civiles -con las manos atadas en la espalda- habían sido fusilados. Al finalizar la guerra Priebke, fue tomado prisionero y estuvo internado durante un año y medio en el campo de Rímini hasta que finalmente logró escapar a fines de 1946.

El propio Priebke relató así su fuga a Camarasa: "..El 31 de diciembre de 1946 aprovechando los festejos de fin de año. Los ingleses bebían y hacían fiesta, y los polacos estaban borrachos. Conseguimos escapar cinco personas: tres suboficiales, otro oficial y yo. Fuimos al palacio del obispo y allí comenzó en verdad nuestra fuga." Invocando la relación que había cultivado en sus años en Roma como tercero de la jerarquía de las SS con miembros de la iglesia, y en especial con el cura Pancratius Pfeiffer, obtuvieron dinero y llegaron hasta Bolonia donde finalmente se separaron. En Vipiteno donde estaba su familia Priebke estuvo 20 meses protegido hasta que pudo huir a Buenos Aires. El precio fue renunciar a su fe protestante y convertirse al catolicismo, en ceremonia efectuada por el cura Johann Corradini en acta de bautismo que se conserva aún en la parroquia de Vipiteno, aunque con la fecha fraguada -dice 13 de setiembre de 1948- y con una anotación al margen que dice "Bautismo bajo condición"

Según contó Priebke a la periodista Emanuela Audisio del diario romano "La República", "...pensé en retornar a Alemania pero no tenía mas familia en Berlín. La ayuda vino de un cura franciscano que no recuerdo su nombre. Me dijo que no podía enviarme a Alemania y me ofreció la Argentina. Dije que sí y partí para Génova (...) El problema era que no podía viajar con mi pasaporte, y para eso me ayudó en el Vaticano el obispo Alois Hudal, quién me entregó un pasaporte en blanco con la insignia de la Cruz Roja". Posteriormente, durante el juicio por sus crímenes de guerra, quedó demostrado que Priebke recaló en la Argentina ayudado, entre otros, por el austríaco Alois Hudal, obispo allegado y protegido por Papa Pío XII. Las características de su fuga como se verá en otros ejemplos, pueden considerarse como un caso típico. Su historia es apenas una más de las tantas sobre jerarcas nazis que llegaron a la Argentina a través de la que habría conocerse como la “ruta de los monasterios o “ruta de las ratas”

PLANIFICANDO LA FUGA

El 10 de agosto de 1944 en Estrasburgo, Francia ocupada, en un antiguo edificio frente a la Place Kleber llamado la Maison Rouge se reunieron los representantes de lo mas granado de la estructura de poder de la Alemania nazi. Los representantes del delfín Martin Bormann, del ministro de armamentos Albert Speer, del comandante militar Wilheim Canaris y los dueños de las fábricas más poderosas que habían sido el pulmón de la maquinaria bélica germana (1). Asimismo los grandes banqueros, los financistas, los empresarios de seguros y los industriales de la cuenca del Rhin y del Rhur. Allí se determinó como y de que manera huirían y se protegerían todos ellos junto a sus bienes y fortunas.

MONSEÑOR ALOIS HUDAL


La red de fuga en que intervino el Vaticano se llamó “la ruta de los monasterios” o "la ruta de las ratas" y fue la más eficaz de todas las vías de escape planificadas por los conjurados de la Maison Rouge de Estrasburgo. Estimaciones coincidentes indican que cinco mil jefes nazis alcanzaron a escapar gracias a esta organización. Su sede central estaba en la capital italiana, operaba desde oficinas propias bajo la cobertura de la Pontificia Comisión de Asistencia (PCA) (2) a la que Pio XII había conferido competencia exclusiva en el manejo de los temas vinculados a prisioneros y refugiados de guerra. El cerebro era el obispo austríaco Alois Hudal, jefe de la sección austríaca de la PCA y rector del colegio alemán Santa María dell' Anima, sito en Piazza Navona, en Roma. Este obispo fue autor de un libro llamado “Las Bases del Nacionalsocialismo” (Die Grundlagen des Nationalsozialismus), una verdadera apología del nazismo. Fue editado en Leipzig y en Viena en 1936, y un ejemplar del mismo fue enviado por Hudal a Hitler, con una dedicatoria manuscrita que decía: “Al artífice de la grandeza alemana”. Asimismo Hudal se autoproclamaba "jefe espiritual de los católicos germanos residentes en Italia".

Para determinar el papel que Hudal jugó en la huida de los jerarcas nazis hay varias fuentes posibles:

  1. Sus propias memorias ("Diarios Romanos")
  2. La versión de los historiadores oficiales de la Iglesia
  3. Un informe del agregado militar de los EUA en Roma en 1947
  4. Los archivos del Vaticano y de Santa María dell’ Anima

Sus memorias y la versión oficial del Vaticano se complementan extrañamente.

1. En sus memorias, Hudal no duda en admitir la ayuda que prestó a los criminales prófugos. Mantuvo esta posición hasta su muerte ocurrida en 1962. Según el propio Hudal, esta tarea de ayuda corría por cuenta del Vaticano. Para Ignacio Klich, coordinador académico de la Comisión por el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina (CEANA), esto no ofrece duda alguna: "El rol de Hüdal durante la guerra no habría sido posible sin la luz verde de la Santa Sede".

2. La opinión contraria fue sostenida por Robert Graham, un sacerdote jesuita historiador oficial del trono papal. La tesis de Graham para desautorizar a Hudal es simple: estaba fuera del Vaticano. Dicho de otra forma: Hudal habría actuado solo y por su cuenta. Sin embargo como consigna Ignacio Klich en "Le Monde Diplomatique" (3):"..es quizás cómodo actualmente hacer del obispo Hudal el principal responsable de las evasiones, pero conviene subrayar que ni la ruta de los monasterios ni su propio papel durante la guerra, hubieran sido posibles sin la luz verde de la Santa Sede." Cabe agregar que esta tesis del Vaticano tampoco explica el hecho de que muchos otros religiosos, como ya veremos, también colaboraron, y mucho, con los fugitivos del III Reich.

3. Un elemento de juicio capital es un memorándum secreto dirigido en mayo de 1947 al Secretario de Estado norteamericano, George Marshall, por el agregado militar en Roma, Vincent La Vista. Este documento recién salió a la luz treinta y cinco años después de redactado. Fue obtenido por el historiador Charles Allen Jr. y fue publicado en la prensa de Paris y New York en febrero de 1983 (4). Sin ningún tipo de eufemismos en el informe se define al Vaticano como la "principal organización implicada en el movimiento ilegal" de personas, dando los detalles sobre el funcionamiento de una gigantesca red de evasión. Según el militar norteamericano desde 1947 existía una compleja organización dirigida por altos dignatarios vaticanos, encargada de poner a salvo a los nazis que vagaban sin rumbo por Europa. El funcionamiento de la red se basaba en una cadena de recomendaciones y conocimientos personales que permitía a los prófugos conseguir asilo, dinero y documentos antes de ser embarcados para puertos seguros. Este informe se ocupa naturalmente del obispo Alois Hudal, pero también agregó una lista de otros VEINTIUN dignatarios vaticanos implicados en la organización de fugas, citando entre ellos al cardenal italiano Humberto Siri, al arzobispo yugoslavo Kronislav Draganovic, el obispo Iván Bucko, así como una larga de serie de sacerdotes. (5) La veracidad de este informe, que no ha sido rebatido convincentemente por la Iglesia, iba a comprobarse con el correr del tiempo.

4. Es muy significativo que aún hoy, en pleno siglo XXI, los archivos del Vaticano y de Santa María dell’Anima permanecen todavía cerrados a cal y canto por la jerarquía vaticana, que no permite que nadie investigue los documentos que allí se guardan vinculados a este tema.

MONSEÑOR KRUNOSLAV DRAGANOVIC

Además de los alemanes, también los criminales de guerra eslavos y bálticos fueron evacuados de la misma manera por la ruta de los monasterios. Esta ruta serpenteaba por un itinerario jalonado de abadías y conventos entre Zagreb, Lijubljana, Trieste, Venecia, Roma Nápoles, el norte de Italia y España. Los institutos religiosos servían de refugio a los fugitivos que estaban en tránsito, quienes eran cobijados allí por monjes de todas las órdenes -sobretodo por franciscanos y trapenses- hasta que se los proveía de documentación y podían ser embarcados en Génova, Cádiz o Vigo rumbo a destino seguro. La financiación del trabajo de Hudal tenía varias fuentes, pero una claramente identificada provenía de los Estados Unidos: la National Catholic Welfare Conference que apoyaba organizaciones católicas en la Europa de posguerra

Otro organizador clave de la ruta de las ratas fue el arzobispo Krunoslav Stjepan Draganovic, teólogo y secretario del Instituto Católico Croata de San Girolano.

Hudal y Draganovic coordinaron su trabajo tanto con el equipo de colaboradores de la Cruz Roja que otorgaba los pasaportes, como también con la malla de funcionarios consulares portuarios y navieros. El contacto de Draganovic en la Argentina para este tipo de operaciones fue Branko Benzon, ex ministro del Estado Libre de Croacia y embajador de Croacia ante el Tercer Reich. Entre 1946 y 1949 Benzon fue “asesor para la inmigración yugoslava y croata” del gobierno argentino, formando parte del cuerpo de “asesores confidenciales” del director de la Dirección General de Migraciones, Pablo Dian Fue también el médico personal de Perón.


De esta forma llegaron a la Argentina criminales de guerra y ex colaboracionistas con los regímenes de las potencias del Eje. Adolf Eichmann, Ante Pavelic o Klaus Barbie, por citar solo algunos ejemplos, llegaron a América del Sur por esta ruta y además vistiendo hábitos religiosos. Pavelic, antiguo jefe del estado independiente de Croacia donde fueron exterminados en los campos de la muerte 800.000 personas, había sido contactado según un telegrama del Cuerpo Central de Inteligencia americano en 1947 con el subsecretario del Vaticano de la época, Giovanni Battista Montini, futuro Papa Pablo VI.

Ján Durkanski, ex ministro de Eslovaquia, fue otro de los criminales de guerra que ingresó a la Argentina a través de la vía dirigida por Draganovic y gracias a la intervención de Benzon. Los contactos entre Draganovic y el criminal de guerra Ante Pavelic permiten inferir que éste y sus ocho colaboradores llegados a la Argentina en 1947, siguieron el mismo camino.

La resolución administrativa del gobierno argentino (1949), por la que se autorizó a Erich Priebke a obtener nueva documentación con su nombre real, consigna los mecanismos que según el solicitante había empleado para entrar al país. Como muchos otros que llegaron a la Argentina a través de la ruta de las ratas, Priebke obtuvo apoyo de las asociaciones católicas de Roma, por cuyo intermedio consiguió que las autoridades argentinas visaran el pasaporte que le había otorgado la Cruz Roja Internacional.

Draganovic también puso su organización a disposición de los nazis que Estados Unidos deseaba enviar a Sudamérica. De esta manera, se hizo cargo del “carnicero de Lyon”, el oficial SS Klaus Barbie, quien le fue entregado por oficiales de inteligencia norteamericanos en la estación de trenes de Génova. Draganovic acompañó a Barbie al consulado argentino, donde obtuvo una visa que le permitió obtener documentos de la Cruz Roja con apellido falso para él y su familia. Barbie y otros nazis se embarcaron en Génova, en marzo de 1951, con destino a Buenos Aires para luego trasladarse a Bolivia.

Draganovic también colaboró con el gobierno argentino para posibilitar la llegada a la Argentina de los técnicos que el diseñador alemán Kurt Tank necesitaba para la fábrica de aviones en Córdoba. Estos recibieron pasaportes de la Cruz Roja como croatas, y fueron recibidos en el convento de monjas Centocelle, hasta que tomaron un avión de la Flota Aeromercante Argentina con destino a Buenos Aires. En este grupo llegó escondido el criminal de guerra Gerhard Bohne, encargado del programa de eutanasia del Reich.
Por iniciativa de Draganovic, el padre franciscano croata Blaz Stefanic, superior de la basílica de Bari en Buenos Aires, logró que el 27 de noviembre de 1946 las autoridades migratorias argentinas aprobaran un cupo para doscientas cincuenta personas croatas, a quienes se les otorgó un permiso de entrada sin mención de nombres y sin revisión. Los documentos fueron enviados desde Caritas Croata, filial argentina, a Caritas Croata, filial de Roma. Los nombres de los refugiados fueron puestos por las organizaciones croatas en Salzburgo y Roma y fueron aprobadas en bloque por el consulado argentino en Roma. Teniendo en cuenta que muchos alemanes fueron incluidos en este paquete, hasta Hitler podría haber llegado a la Argentina de esta manera sin que nadie se enterase de ello.

Draganovic continuó cumpliendo funciones en el Colegio de San Girolamo hasta pocos días después de la muerte de Pio XII, en octubre de 1958, cuando fue expulsado por órdenes de la Secretaría de Estado vaticana, lo que sugiere que el austríaco contó con la protección del Papa hasta la muerte del pontífice..

En diciembre de 1946, Perón colocaba a un hombre de la Iglesia al frente de la flamante Delegación Argentina de Inmigración en Europa, cuya sede central se estableció en Roma. El presbítero José Clemente Silva, hermano de un amigo de Perón, partió para Italia con la misión de organizar el traslado a la Argentina de varios miles de europeos que fueran útiles para los planes de industrialización argentinos. El sacerdote debía encargarse también del traslado de personas destacadas que no tuvieran documentación. Las operaciones más importantes de la Delegación se llevaron a cabo en Italia, donde luego de arduas negociaciones se firmó un acuerdo para establecer las condiciones de reclutamiento el 21 de febrero de 1947. Como consecuencia de estos acuerdos, el ex espía del Abwehr (Servicio de espionaje militar del Reich) Reinhard Kopps -conocido luego en Bariloche como Juan Maler- inició su colaboración con el obispo austríaco Alois Hudal, a fin de enviar grupos de nazis hacia la Argentina. Kopps recibía las solicitudes y hacía los arreglos con el consulado argentino en Génova. Los permisos de ingreso eran otorgados por la Dirección de Migraciones en B.Aires, los pasaportes por la Cruz Roja y el transporte lo hacía la compañía de navegación argentina Dodero S.A., propiedad de Alberto Dodero, un íntimo amigo del Gral. Perón.

Como verán es muy difícil admitir racionalmente la tesis que la acción solitaria de un solo obispo haya podido hacer funcionar en forma eficaz y a la vez discreta, esta enorme y sofisticada red que involucraba a centenares de curas, frailes, monjas y laicos, así como decenas de instituciones privadas, públicas, religiosas, organismos internacionales y fundamentalmente contactos del más alto nivel gubernamental en países europeos, americanos, africanos y asiáticos. Todo ello sin entrar en el "detalle" del volumen de dinero que se necesita para que semejante organización funcione. Y funcionó bien. A tal punto que -según palabras del agregado militar de EUA en Roma- la ruta vaticana se transformó en "la principal organización implicada en el movimiento ilegal de personas".

LA MEMORIA DE LOS FUGITIVOS

Por otra parte -y para desgracia del Vaticano- muchos de los que huyeron por la "ruta de las ratas" les dio por escribir sus memorias y también allí la Iglesia Católica se vio involucrada directamente, esta vez por los propios fugitivos. Este fue el caso de un ex oficial de las SS, ayudante durante la guerra del ministro de Relaciones Exteriores nazi Joachim Von Ribbentrop, llamado Rainer Spitzi, quién vivió hasta 1992 en Salzburgo, Austria. Spitzi huyó de Europa por una ruta de conventos de monjes trapenses españoles, y ayudado por los frailes logró embarcar hacia Buenos Aires. En sus memorias, titulada "Como escapamos de los aliados", narra las peripecias de su huida a través de conventos españoles y su relación con los monjes a quienes según él”:...los comunistas habían maltratado y por eso ayudaban a cualquier anticomunista."


También el coronel nazi Hans Ulrich Rudel, que también logró llegar a Buenos Aires a través de senderos eclesiásticos escribió en sus memorias que “..En otras cuestiones uno puede tener la opinión que quiera sobre el catolicismo. Pero lo que hizo la Iglesia en esos años para salvar valioso capital humano de nuestro pueblo, los que ha logrado salvar a menudo de una muerte segura, sobretodo a través de la intervención de personalidades de extraordinaria calidad humana dentro de la Iglesia, debe permanecer grabado siempre en nuestra memoria...”

Y refiriéndose luego al obispo Hudal decía: “A través de él, Roma se convirtió en refugio y en salvación de muchas víctimas de la persecución después de la “liberación”. Y más de uno de nuestros propios camaradas encontró el camino de la libertad a través de Roma, porque Roma estaba llena de hombres de buena voluntad”

LA CEANA (Comisión de Esclarecimiento de las Actividades Nazis en la Argentina)

En el semanario Página 12 en Buenos Aires el 12 octubre 1997 titulado: “El papel de la Iglesia en nuestro país. Los que importaron nazis” se publicó lo siguiente:Una de las tareas ineludibles de la Comisión de Esclarecimiento de las Actividades Nazis en la Argentina (CEANA), conformada en el marco de la Cancillería, es estudiar el papel que le cupo a la jerarquía eclesiástica vaticana en el traslado de criminales de guerra desde los restos del Tercer Reich hasta nuestro país, en la posguerra. Los datos son incriminantes: jerarcas prófugos de la Justicia, acusados de los más graves crímenes de lesa humanidad, entraron por el puerto de Buenos Aires con pasaportes emitidos a nombre falso por el Vaticano y con el paraguas de la Cruz Roja. Erich Priebke utilizó esta llamada Ruta de las Ratas y otros criminales como Adolf Eichmann, Klaus Barbie y Ante Pavelic hasta ingresaron a la Argentina como sacerdotes. La CEANA intentó recientemente acceder a los archivos del ya fallecido obispo Alois Hudal, el alma mater en el traslado de los criminales de guerra a la Argentina, pero hubo un rechazo categórico. También la Comisión quiere revisar los documentos aún secretos del Vaticano, ya que hasta el momento sólo se puede acceder a una especie de selección hecha por la misma Iglesia hace varios años y la veda subsiste para la gran mayoría de los documentos de la época. Hasta el momento, parece que el proceso autocrítico de la Santa Sede es más acelerado que el proceso de apertura de archivos

La CEANA es una comisión conformada para esclarecer la influencia nazi en la Argentina, tanto la llegada del llamado oro nazi como el arribo de submarinos, criminales de guerra o inversiones realizadas por jerarcas del Tercer Reich.


En el marco de la investigación, Matteo Sanfilippo, el hombre de la CEANA en Italia, pidió autorización al Colegio Santa María Dell Anima de Roma para estudiar la documentación referida a quien fuera rector de esa institución eclesiástica en la posguerra, el obispo Hudal. En sus memorias, este obispo se jactó de haber colaborado con jerarcas nazis para ayudarlos a huir hacia Sudamérica, pero la versión oficial de la Iglesia es que lo hacía sin la aprobación del Papa Pio XII, más bien exculpado por el documento vaticano de ayer.

La mayoría de los historiadores coinciden en que el trabajo de Hudal no pudo pasar inadvertido para el Vaticano ya que movía decenas de personas de un convento a otro e incluso hubo un informe norteamericano en el que se califica a la Santa Sede como "la principal organización implicada en el movimiento ilegal de personas". En ese informe se señala a 21 dignatarios vaticanos que participaban en la organización de la huida de nazis

"Esperamos que ahora, a la luz del proceso que viene impulsando el Papa, se pueda acceder a la documentación. La realidad es que han usado la prohibición en forma discrecional. Si uno quería investigar un tema irritativo, como la cuestión de los nazis, había una negativa categórica", dijo a Página/12 el coordinador académico de la CEANA, Ignacio Klich.

Es importante agregar a esto, que antes de que la CEANA comenzara su labor, se conocían algunos documentos argentinos que demostraban que en 1946 Mons. Giovanni Montini (quién luego sería Paulo VI), de la Secretaría de Estado vaticana de Pio XII, se contactó dos veces con el Embajador argentino ante la Santa Sede. En la segunda oportunidad transmitió la preocupación papal por todos los católicos impedidos de regresar a sus hogares por la probabilidad de ser objeto de persecuciones políticas, proponiendo la elaboración de un plan de acción conjunta entre expertos de la Argentina y de la Santa Sede. En ninguno de estos documentos hay referencias específicas sobre la exclusión de dicho plan de los responsables de crímenes de guerra, algo que genera interrogantes respecto de la responsabilidad de otros personajes de la Santa Sede visto el reconocido papel que el padre Draganovic, secretario de San Girolamo degli Illirici, desempeñó en la huida criminales nazis a la Argentina.

Asimismo, Matteo Sanfilippo encontró pruebas de la intercesión del Cardenal Eugene Tisserant, quien pidió visas argentinas para un puñado de refugiados del régimen de Vichy en Italia, temerosos de retornar a Francia por la posibilidad de quedar expuestos a severos castigos y/o venganzas personales. Los historiadores responsables del estudio de la conexión vaticana han descubierto en Italia un documento inédito que confirma el rol de la Iglesia en la investigación de una suerte de seguro para los soldados perdidos del Tercer Reich y sus colaboradores. Una carta del cardenal francés Eugène Tisserant, responsable de la Misión del Vaticano en Europa oriental dirigida en mayo de1946 a la embajada de la Argentina en Roma "cuando su eminencia el cardenal Caggiano (en la época, primado de la Argentina) y su excelencia monseñor Barrere (obispo de Tucumán en el norte de la Argentina) se encontraron en Roma, me han hecho entender que el gobierno de la República Argentina estaría dispuesto a recibir a franceses que por su actitud política durante la reciente guerra se expondrían si reingresan a Francia a medidas de rigor y venganzas privadas", escribe el prelado francés. Y reclama a los diplomáticos tener a bien conceder visas para las familias Plissard y Reuillard, así como también para Pierre Aubry.

Esta correspondencia confirma otros dos descubrimientos realizados por Ignacio Klich sobre el rol de la Santa Sede. Como vimos en junio de 1946, el cardenal Montini se aproximó al embajador argentino del Vaticano para proponerle que los expertos de los dos estados trabajen juntos a fin de responder a las inquietudes del Papa Pío XII, concernientes a los católicos que no podían volver a sus hogares. En 1949, por fin, Pío XII, en una entrevista con el “Washington Post” expone sus buena disposición “en materia de inmigración”. Buena disposición que suponía incluso un peaje de entrada y que le habría reportado al régimen argentino, según los servicios secretos americanos, alrededor de 800 millones de dólares.

En febrero de 1997 el abogado Pedro Bianchi, antiguo diplomático argentino entre 1946 y 1948 y defensor del nazi Erich Priebke durante su proceso en Italia, declaró al semanario “Newsweek” que : “...Perón llegó a enviar a Viena por valija diplomática hasta 2.000 pasaportes argentinos y 8.000 cartas de identidad vírgenes a fin de facilitar la llegada de fugitivos a su país".

Demasiadas coincidencias, demasiada gente, demasiado dinero, demasiados servicios secretos, demasiados diplomáticos y demasiados gobiernos involucrados como para creer que un solo obispo fuera responsable de semejante organización sin que nadie se hubiese enterado en Roma.

FIN DE LA PRIMERA PARTE

En la segunda parte veremos algunos criminales nazis famosos y otros no tanto, que transitaron por la Ruta de los Monasterios. Y en la tercera haremos y transcribiremos algunos comentarios respecto al papel jugado por la cabeza visible de la Iglesia Católica de entonces, el Papa Pío XII, en ese drama universal que fue la II Guerra Mundial y en el Holocausto del pueblo judío perpetrado por los nazis

NOTAS

[1] Los Krupp, Messerchmidt, Thyssen, Bissing Reihmetal, VW Wercke, Rochling, I.G.Farben, AEG, Siemens y Kirdorf
[2] Pontificia Commissione de Asistenza
[3]Le Monde Diplomatique. México. Julio y Agosto de 1983; N°55 y N°56
[4] Agence Telegraphique Juive, París, 17 de febrero de 1983. The Jewish Press, Nueva York, 25 de febrero al 3 de marzo de 1983
[5] Camanis, De Courreges, Heinemann, Luttor, Juraj Magjerec, Pelópidas, Adam, Karl Bayer, Bejan, Jatulevicius y Zubert


Año III - Nº 107 - Uruguay, 03 de diciembre del 2004

1 Campaa Mundial Seguridad en la Red

LA FUGA DE LOS NAZIS Y
LA RUTA DE LOS
MONASTERIOS
por Ricardo Ayestarán

SEGUNDA PARTE

ALGUNOS NAZIS QUE TRANSITARON
LA RUTA DE LOS MONASTERIOS

En esta segunda parte vamos a citar algunos ejemplos concretos, con nombre y apellido, de pasajeros de la ruta de los monasterios o ruta de las ratas. Y veremos como sistemática y regularmente integrantes de la Iglesia Católica intervinieron en algún punto del proceso de fuga de estos nazis, involucrados en terribles crímenes de guerra, de los que -por otra parte- fueron pública y universalmente acusados. Para ello en forma muy sucinta y breve se hará un pequeño bosquejo del historial de algunos de los más conocidos fugitivos, y en que momento o de que forma la Iglesia -o alguno de sus integrantes- intervino para ayudarlo.

MARTIN BORMANN

Cuadro de texto:  Martin Ludwing Bormann nació en Halberstadt el 17 de junio de 1900.A los 18 años comenzó su militancia en el Freikorps Rossbach uno de los grupos de ultraderecha opuestos a la república de Weimar. Allí recibió su primer condecoración, la "blutorden" (orden de sangre), tras el asesinato del maestro Walter Kadow. En 1927 se afilió al Partido Nazi y dos años mas tarde se casó con la hija del presidente del tribunal del partido, Gerda, con la cual tuvo nueve hijos, el segundo de ellos, Adolf Martin, es actualmente sacerdote jesuita. En 1933 se convirtió en el jefe de la secretaría del lugarteniente de Hitler, Rudolf Hess; en 1941 lo reemplazó convirtiéndose en el delfín del führer, y en 1943 se convirtió en secretario general del partido nazi. El 1º de octubre de 1946 fue sentenciado en Nüremberg a morir en la horca luego de haber sido acusado y juzgado por los delitos de conspiración, crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad. Bormann fue el único jerarca nazi juzgados en Nüremberg que fue sentenciado en ausencia. Fue y continúa siendo el mayor fantasma político de la posguerra.

Recorrer cualquier archivo periodístico desde 1945 a 1973 permite hacer una comprobación irrefutable: nunca se lo dejó de perseguir. Considerado vivo por los jueces de Nüremberg diversos grupos intentaron capturarlo durante décadas. De acuerdo a distintos testimonios que fueron recogidos por servicios de inteligencia y reporteros desde mediados de 1945 hasta 1973 se lo identificó o se creyó identificarlo casi setenta veces. Cincuenta de ellas en América del Sur, una en Moscú, otra en Sudáfrica, y 16 en Europa. De estas 16 veces que se lo vio en Europa, 15 de ellas corresponden a los itinerarios seguidos por la "ruta de las ratas". A Bormann se lo ha dado por muerto por lo menos en siete ocasiones, tres de esos decesos habrían ocurrido la noche de la caída de Berlín -del 1 al 2 de mayo de 1945- al intentar escapar del bunker de la Cancillería; dos veces habría muerto en Bariloche, Argentina; una vez en Asunción, Paraguay y la última muerte registrada a fines de 1972 habría sido en Tupiza, Bolivia, tras las paredes de un convento donde el hombre mas buscado del mundo se habría refugiado vistiendo hábitos sacerdotales y haciéndose llamar "padre Augustín von Lagerbach"

Según escribe el investigador Philippe Aziz, en su libro "Los criminales de guerra", DOPESA, Barcelona, 1975, "..la Argentina constituyó el refugio más inviolable de los nazis. Documentos recientes y serios han establecido de una manera formal que Bormann hizo transferir, por avión, de noviembre de 1944 a marzo de 1945, fondos extremadamente importantes (oro, divisas extranjeras, títulos bursátiles y acciones de sociedades). Los agentes de la CIA llegaron incluso a identificar en 1953, los nombres de los aviadores que realizaron estos vuelos, los bancos y los números de estas cuentas bancarias. Por desgracia, el gobierno de EUA se ha opuesto hasta hoy a la publicidad de estas investigaciones que podrían aportar interesantes revelaciones sobre el famoso tesoro nazi..".

En este contexto vemos nuevamente aparecer a miembros de la Iglesia Católica involucrados en esta historia. Entre los documentos recopilados en el polémico libro "Aftermath, Martin Bormann and the Fourth Reich", del periodista, investigador y famoso novelista húngaro Ladislas Farago, encontramos uno que hace referencia al mismo tema. Dicho documento tiene un texto en el que se lee: "Central de Inteligencia. Martin Bormann", y otro, menor, que indica que es una copia fiel del original: Está encabezado de la siguiente manera: "Juan Domingo Perón Sosa hace entrega al viceführer Martin Bormann la cuarta parte de los siguientes bienes:

Ø 187:692.400 marcos de oro
Ø 54:968.000 francos franceses
Ø 24:976.442 francos suizos
Ø 17:576.386 de dólares americanos
Ø 17:280.009 de francos belgas
Ø 8:379.000 florines holandeses
Ø 4:632.500 libras esterlinas
Ø 4.638 kilates de diamantes
Ø 2.511 kilogramos de oro
Ø 87 kilogramos de platino.

Sigue una firme ilegible precedida por una cruz, y debajo la aclaración: "Reverendo Padre Egidio Esparza. Jefe accidental de la A.I.C.A."

Este es uno de los documentos que más enemigos le hicieron ganar al investigador húngaro. Si bien se cree poco probable que la sigla corresponda a la Agencia Informativa Católica Argentina (fue fundada e1 11 de junio de 1956, y el documento se presume habría sido redactado entre 1948 y 1950), el nombre del sacerdote era bastante conocido en la Argentina.

Egidio Esparza había nacido en Navarra, España en 1910, y se había ordenado sacerdote en Buenos Aires en 1934. Naturalizado argentino y doctorado en Filosofía, tuvo catorce destinos en la Arquidiócesis porteña y terminó su carrera como capellán del ejercito en el vicariato castrense entre 1966 y 1977. El 24 de febrero de 1964 en las calles de la ciudad de Rosario se registraron violentos enfrentamientos entre sindicalistas de izquierda y miembros de una organización ultraderechista denominada "Tacuara"; como resultado de ello hubo tres muertos de esta última organización. Al día siguiente el cura Ezparza celebró una misa en memoria de las víctimas. Un grupo de hombres que vestían uniformes oscuros y ostentaban insignias con la cruz gamada se reunieron en el atrio del templo para escuchar el oficio y un sermón de corte totalitario pronunciado por el sacerdote, quién permitió que al termino de la reunión los participantes hicieran el saludo con el brazo en alto al mejor estilo nazi.

La Delegación de Asociaciones Israelitas en la Argentina protestó enérgicamente ante el cardenal primado, Monseñor Antonio Caggiano. Nunca obtuvieron respuesta. Y ello no es de extrañar. Tres años antes Caggiano había tomado posición sobre los nazis en la Argentina. Refiriéndose al ejecutor de la "solución final al problema judío" Adolf Eichmann, y según consigna el diario "La Razón" del 23 de diciembre de 1960, el cardenal manifestó textualmente que el acusado "había llegado a nuestra patria en busca de perdón y olvido y no importa como se llame, Ricardo Clement o Adolf Eichmann; nuestra obligación de cristianos es perdonar lo que hizo.."

ADOLF EICHMANN

Cuadro de texto:  Sin duda uno de los mayores criminales de la última guerra, Eichmann fue uno de los directos responsables de la "solución final al problema judío", eufemismo con el cual se designó al genocidio organizado de seis millones de personas. Al finalizar la guerra cayó prisionero de los norteamericanos, quienes ignoraban su verdadero nombre ya que se hacía llamar Eckmann. Luego de un tiempo de estar detenido pudo huir del campo de prisioneros y se mantuvo oculto en los bosques cerca de Hamburgo trabajando como leñador. Sin embargo según cuenta Isser Harel -comandante del grupo del servicio secreto militar israelí que capturó a Eichmann- en su libro "La casa de la calle Garibaldi"[1]: "...una vez terminada la guerra Eichmann se había ocultado en un monasterio alemán manejado por monjes católicos croatas".

En el mismo documento figura la versión dada por el propio Eichmann de como y de que forma llegó a la Argentina. Esta es la transcripción textual: "..me enteré de la existencia de unas organizaciones que habían ayudado a otros a abandonar Alemania. A principios de 1950 establecí contacto con una de esas organizaciones. Consiguieron que pudiera salir hacia Italia. Un monje franciscano de Génova me facilitó un pasaporte de refugiado a nombre de Richard Klement junto con un visado para la Argentina. A mediados de 1950 llegué a Buenos Aires.".

El 15 de julio de 1950 arribó a Buenos Aires a bordo del Giovanni C, el mismo buque que dos años antes habría desembarcado en el mismo puerto a Martin Bormann. Su pasaporte de la Cruz Roja Internacional estaba correctamente visado por el cónsul argentino en Génova.

JOSEF MENGELE
El escritor argentino Tomás Eloy Martínez, en agosto de 1985 en la revista El Periodista de Buenos Aires, evocando una conversación que tuvo con Perón en setiembre de 1970 cuenta que el general recibía a menudo en su palacio presidencial la visita de un genetista que trabajaba sobre el mejoramiento de los animales en una propiedad del Paraguay y hacía maravillas. Cuando le preguntó el nombre del científico prodigio, Perón sacudiendo la cabeza le contestó: ”¿Quién sabe?, era uno de los bávaros cultivados y orgullosos de sus orígenes. Espere, si yo recuerdo bien, se llamaba Gregor. Era el Dr. Gregor".

Cuadro de texto:  El 20 de junio de 1949, Helmut Gregor -un italiano nacido en Trento- llegó a la Argentina exhibiendo el pasaporte N°100.501 de la Cruz Roja Internacional. En realidad este era el alias bajo el cual se escondía el más sádico de los criminales de guerra: el "ángel de la muerte" Josef Mengele, y del que no pondremos su curriculum por motivos de espacio y por ser ampliamente conocido. Mengele llegó a Sudamérica por Argentina, donde vivió hasta 1954 como el Dr. Helmut Gregor. El 25 de febrero de 1954 obtuvo sus documentos argentinos y el 25 de julio de 1956 se casó en Nueva Helvecia, departamento de Colonia, Uruguay, con su verdadero nombre españolizado como José Mengele con Martha María Will, viuda de su hermano Karl. A fines de 1959 o principios de 1960 escapa de la Argentina probablemente al Paraguay vía Uruguay y Brasil.

Sobre esta huida del "ángel de la muerte" queremos detenernos un instante, porque aquí aparece nuevamente la iglesia católica mezclada en esta siniestra historia.

Cuadro de texto:  Existe un documento exhumado en diciembre de 1985 por el periodista argentino Horacio Verbitsky, que hecha luz sobre la relación de los nazis con el general argentino Osiris Guillermo Villegas, de conocida militancia ultraderechista. El "paper" -fechado en mayo de 1964- está agregado al expediente que sobre el criminal de guerra tenía el Consulado de Alemania en Buenos Aires y lleva la firma del Dr. Orestes Frondizi. Allí se dice que luego de la captura de Eichmann, miembros de la colonia nazi le pidieron a Villegas un juego de documentos para que Mengele pudiera salir del país. La tarea le fue encomendada al ex capitán de la Wehrmacht Otto Kempe, que estaba conectado con el referido oficial argentino, a quién recibía habitualmente en su casa de Acassusso. A los pocos días Villegas consiguió una cédula de identidad falsa con el número 4.039.316 a nombre de Alfredo Mayen, y ese fue el documento que usó Mengele para salir del país. La cédula y el pasaporte correspondiente fueron confiados -para que se las hiciera llegar a Mengele- a la hermana del ex-general de las SS Wilhem Lohmann, quién había sido jefe de la policía de Hitler en la Polonia ocupada, siendo posteriormente detenido y acusado en Bonn, en marzo de 1960 por el asesinato de mas de 300.000 personas en el campo de concentración de Kulm.

Esta mujer que se llamaba Hedwig Theresa Lohmann, se había ido al Argentina en 1952, trabajó en un estudio jurídico de la calle Lavalle al 1473, luego en la gerencia de Schering Argentina y posteriormente en la sección administrativa de la Mercedes Benz Argentina, donde también había trabajado también Adolf Eichmann.

Ya en poder de los documentos falsos, Mengele viajó a Uruguay vía Colonia. Una vez allí, y según se puede leer textualmente en el semanario "El Periodista" de Buenos Aires, de fecha 22 de noviembre de 1985, donde se relata detallada y documentadamente la fuga del "Angel de la muerte" de la Argentina, "...un primo de los Lohmann, el cura católico Ahrens, sacerdote redentorista con residencia en Montevideo, fue quién esperó a Mengele en el puerto de Colonia, y lo acompañó después hasta la ciudad de Rivera, donde pasó clandestinamente al Brasil"

KLAUS BARBIE

Cuadro de texto:  Nació el 25 de octubre de 1913 en Bad Godesberg, Bonn. En abril de 1933 ingresó a las Juventudes Hitlerianas y a principios de 1935 comenzó a trabajar en los servicios de seguridad que controlaba Heinrich Himmler e ingresó a las SS. Después de una vertiginosa carrera en 1942 pasó a comandar el Departamento IV de la Gestapo de la ciudad de Lyon en Francia. El 9 de noviembre de 1943 fue condecorado con la Cruz de Hierro de 1°.Clase con Espada. Su mérito fue haber detenido, torturado y asesinado al jefe de la resistencia francesa Jean Moulin. Tras la derrota fue juzgado y condenado a muerte en rebeldía por el tribunal de Lyon el 25 de noviembre de 1954. Fue encontrado culpable por el asesinato de 4531 personas, por el envío a campos de muerte de 7591 judíos, y por la detención de 14311 miembros de la Resistencia Francesa, a muchos de los cuales torturó personalmente.


Cuadro de texto:

Detenido por los americanos logró convencerlos que les podía ser útil colaborando con los servicios de inteligencia militar. A principios de 1951 semejante "colaborador" se transformó en un verdadero problema, por lo que en marzo de ese año la "Central Intelligence Corps" decide deshacerse de Barbie, quién procura la forma de escapar hacia Sudamérica, logrando finalmente, con ayuda católica, abordar el vapor "Corrientes" -con destino a Buenos Aires- en el puerto italiano de Génova. La última gestión la hizo el obispo Krunoslav Draganovic. Según contara el propio Barbie, él y el prelado católico visitaron el consulado argentino en Roma, en el 38 de la Vía Albaro, donde los funcionarios lo saludaron con un inesperado "Heil Hitler" que el nazi no contestó pues temía que fuera una trampa. El 22 de marzo embarcó finalmente con una visa argentina a nombre de Klaus Altmann acompañado por su esposa Regina Margareta y su hijo Klaus Georg. De Buenos Aires viajó a La Paz, Bolivia donde vivió hasta 1983, año en que fue extraditado a Francia, donde fue sometido a juicio y finalmente condenado -en julio de 1987- a la pena de cadena perpetua.

HEINRICH "GESTAPO" MÜLLER

Cuadro de texto:  Nació el 24 de abril de 1900 en Bavaria, en 1919 ingresó como asistente al departamento de policía de Munich, en 1934 fue transferido a la Gestapo, en 1937 fue ascendido a coronel y en 1938 ingresa a las SS. Un año mas tarde llegó a la cima: fue nombrado jefe máximo de la tenebrosa Gestapo y desde entonces reportó directamente al reichführer Heinrich Himmler. Fue el directo responsable de los millones de personas que sufrieron la cárcel, la tortura y la muerte en manos de la policía política de Hitler. En 1944 después del atentado contra el führer, se encargó personalmente de la investigación y como consecuencia de ello mandó fusilar siete mil personas.

El 27 de abril de 1945, tres días antes de la muerte de Hitler y Eva Braun, fue visto por última vez en el bunker de la cancillería. Había borrado cuidadosamente sus rastros: había destruido los legajos donde estaban las fichas con sus huellas dactilares y había ordenado perfectamente los archivos que habría de llevarse consigo en una fuga cuidadosamente planeada, a tal punto que simuló su propio entierro con lápida y todo. Cuando los aliados exhumaron los restos del supuesto Müller, estos correspondían a los huesos de dos mujeres y un niño.

Ello provocó que fuera uno de los fugitivos más difíciles de rastrear. Sin embargo con el tiempo múltiples y pacientes pesquisas han logrado reconstruir los detalles de parte de su fuga, que habría sido de esta manera: En los primeros días de mayo de 1945, vistiendo uniforme de soldado raso, Müller consiguió llegar hasta Kassel en compañía de su asistente Hans Scholtz, desde allí cruzó la frontera austríaca el 16 de mayo en las cercanías de Mittenwald, en las montañas de Sattelberg. El 27 fueron escondidos en una granja cerca de Worgl, en el Tirol austríaco, por el SS Walter Brünner, también buscado por los aliados por el asesinato de 730 judíos en la Unión Soviética. Desde allí tomaron la "Ruta de las ratas" que los llevó hasta Merano y de allí a Roma. En la capital italiana estuvieron escondidos en un convento católico croata, y allí Müller consiguió su primer documento falso a nombre de "Jean Belinsky", polaco de Lodz. Desde allí su rastro se vuelve difícil de seguir. Se cree que habría viajado a la Argentina a mediados de los años 50.

ANTE PAVELIC Y LA BANDA DE LOS CROATAS

Cuadro de texto:  En una publicación editada por la comunidad croata en la Argentina denominada IZBOR (Selecciones), en su número 8, año II, de fecha mayo de 1954, ellos mismos se encargaron de contar como se produjo su llegada al país tras la huida de Yugoslavia recuperada: "...fuimos peregrinando por los países de Europa, hasta que nuestro dolor golpeó la puerta del corazón más noble que entonces latía en el mundo: el de Eva Perón, quién llegó a visitar Roma (...) Y no tardó mucho el ilustre presidente de la Nación Argentina, don Juan Domingo Perón en abrirnos las puertas de esa tierra bendita.." La aludida visita de Eva Perón a Roma formó parte de un viaje que realizó entre el 6/junio y el 23/agosto/1947. Había llegado a Europa como invitada personal de Francisco Franco. La estadía en Roma incluyó también una reunión a solas en la biblioteca privada del Vaticano con el Papa Pío XII, el 26 de junio. 15 días después de esa reunión Perón abrió las puertas de la Argentina al grupo de "ustachas" reclamados por criminales de guerra. La lista de croatas nazis que fugaron a la Argentina por la "ruta de las ratas" es extensa pero estaba compuesta por todos los principales integrantes del gobierno nazi del criminal de guerra Ante Pavelic, incluyendo a quién después sería el médico personal de Perón, el médico Branko Benzon.

Cuadro de texto:  En setiembre de 1947 a bordo del buque italiano Andrea C, llegó a Buenos Aires el siniestro jefe croata, Ante Pavelic. Vistiendo hábitos sacerdotales y tras haber utilizado la "ruta de las ratas", utilizó para entrar al vecino país el nombre de Aranjos Pal, según figuraba en su pasaporte N° 74.639 de la Cruz Roja Internacional. Este personaje estaba requerido por haber ordenado la muerte de 800.000 personas en los campos de concentración croatas (Lobor, Jablanac, Mlaka, Brescica, Ustica, Stara Gradiska, Jastrebarsko, Gornja Rijeka, Koprivnika, Pag y Senj), en el período de abril de 1941 a mayo de 1945. El 21 de abril de 1945, sabiéndose ya derrotado y con la fuga preparada personalmente ordenó ejecutar 760 mujeres prisioneras en el campo de Jasenovac, un centro de detención creado a imagen y semejanza del de Dachau.

El 8 de mayo de 1986 un despacho de la agencia noticiosa Associated France Press reveló que un documento de la Central Intelligence Corps de los EUA, fechado en 1947, se consignaba que el croata Ante Pavelic estaba en contacto con el subsecretario de estado papal de la época. Su nombre era Giovanni Battista Montini, y a la muerte de Juan XXIII se transformó en el Papa Paulo VI. Ante Pavelic se exilió al final de su vida en la España de Franco a partir de 1957, donde murió en un convento franciscano de los alrededores de Madrid el 28 de diciembre de 1959. En su testamento político designó a sus herederos políticos, todos viviendo en la Argentina, y entre ellos se incluía un cura franciscano llamado "Fray Mario Branco".


Cuadro de texto:   Bruno, Benito y Vittorio Mussolini

UN ITALIANO EN LA "RUTA DE LAS RATAS".

Vittorio Mussolini. El hijo del Duce había tenido un importante papel en las relaciones exteriores del gobierno fascista de su padre, incluyendo seis entrevistas personales con Hitler, donde ofició de traductor el capitán de las SS Erich Priebke. La historia de la llegada de Vittorio Mussolini a la Argentina no difiere en términos generales de la de los otros "popes" del nazifascismo. Después de la captura y ejecución de su padre, los guerrilleros habían puesto precio a su cabeza y le perdieron la pista en la frontera con Suiza, cerca del lago Como, luego de los febriles días de abril y mayo de 1945. Cuarenta años mas tarde él mismo se encargaría de explicar como consiguió huir, en un reportaje concedido a una revista romana. Aunque breve, el relato de Vittorio Mussolini, es mucho más elocuente que decenas de páginas sobre la "Ruta de las Ratas". Contaba Mussolini: "..Después que mi padre fuera capturado (..) obtuve hospitalidad, primero, en un colegio religioso en Como y después, gracias a unos amigos, en un internado de niños en Rapallo. Desde este último refugio regresé a Roma por algún tiempo con un documento falso, y un año y medio mas tarde, usando un pasaporte obtenido con dinero, pude embarcarme -mintiendo- hacia la Argentina, donde ya me esperaban mi mujer y mis dos hijos: Guido y Adria.."

ALGUNOS OTROS NAZIS QUE FUGARON
POR LA "RUTA DE LAS RATAS"

Reinhard Koops. Se inició en las Juventudes Hitlerianas, y en 1942 pasó a formar parte del servicio de contraespionaje alemán, siendo enviado a combatir los movimientos de resistencia en Yugoslavia donde trabajó estrechamente ligado a la "Banda de los Croatas". Terminada la guerra sus contactos con los "ustachas" y con Pavelic, le permitieron relacionarse con el Vaticano, y lograr ubicarse en Roma, trabajando durante dos años en las oficinas que coordinaban la "Ruta de las ratas". En 1947 el mismo tomó ese camino y se instaló en Buenos Aires donde fue jefe de redacción de la revista neonazi "Der Weg". Luego se mudó a Bariloche donde se transformó en hotelero, creó el "Centro de Documentación" y comenzó a escribir en la ultracatólica revista "Cabildo". Escribió varios libros todos destinados según él a "denunciar los poderes ocultos mundiales de la judeo-masonería y el marxismo", a los cuales se empeñaba en hacer coincidir, habiéndose declarado muchas veces antimasón. En 1994 denunció a su ex camarada Erich Priebke y cuando los periodistas lo buscaron huyó a Osorno en el sur de Chile. Koops sigue viviendo en Bariloche en una inmensa casona con vista al Lago Nahuel Huapi, atiende sus negocios en el sur de Chile, financia grupos neonazis europeos y concurre siempre a misa los domingos.

Cuadro de texto:  Walter Kutschmann. Nacido el 24 de julio de 1914 en Dresden Alemania, a los 27 años realizó su primer experiencia genocida durante la madrugada del 4 de julio de 1941 en las colinas de Wulencka en Polonia donde hizo cavar sus propias tumbas a 20 profesores universitarios polacos antes de fusilarlos junto a sus esposas e hijos. Fue jefe de la Gestapo en Brezezany, donde ordenó la ejecución de mas de veinte mil personas. Al final de la guerra desertó y huyó a España con su esposa Geralda Baeumler. Como en 1937 había combatido bajo la bandera de Franco, ocasión en la que fue herido y condecorado, le fue muy fácil comenzar una nueva vida con sus antiguos camaradas de armas. Sin embargo a mediados de 1947 decide mudarse como la mayoría de los nazis de la época a la República Argentina, donde llega con un pasaporte falso a nombre de Pedro Ricardo Olmo Andrés, nombre que realmente pertenecía a un sacerdote de la orden de los Carmelitas, quién vivió hasta 1967 en la capital española.

Franz Stangl.

Cuadro de texto:  Comandante del campo de concentración de Sobibor entre marzo y setiembre de 1942, y del campo de concentración de Treblinka entre esa fecha y agosto de 1943. Terminada la guerra accedió a las rutas de fuga que controlaba el Vaticano, hasta que finalmente mientras estaba escondido en Roma logró salir con su familia y documentos con su verdadero nombre hacia Damasco, Siria. Posteriormente viajó a Beirut y en 1951 se estableció en Brasil. Capturado y extraditado en 1967 fue juzgado en Dusseldorf, Alemania Federal donde se lo encontró culpable por el asesinato de 700.000 personas -la gran mayoría judíos- y fue condenado a cadena perpetua.

Frederich Schwend. Coronel del Estado Mayor de la 8° División de las SS, y por orden directa del führer encabezó la "Operación Bernhard" que consistía en un ambicioso plan de falsificación de moneda norteamericana e inglesa a gran escala con el objetivo de provocar un colapso financiero al enemigo. Reclamado por el gobierno italiano por tráfico de material aeronáutico y falsificación huyó por la "ruta de las ratas" y se refugió en el Perú, donde años después estuvo involucrado junto con otro nazi fugado, Klaus Barbie -quién vivía en Bolivia bajo el nombre de Klaus Altmann-, en la muerte del empresario pesquero peruano Luis Banchero Rossi

Cuadro de texto:  Dinko Sakic Jefe de un campo de concentración durante el gobierno croata pro-nazi. Con poco más de 20 años, y como lugarteniente del comandante en jefe del ejército croata, Makx Luburich, Sakic llegó a dirigir uno de los tres campos de concentración más temidos de Europa: Jasenovac, conocido como el "Auschwitz de los Balcanes". El Centro Simon Wiesenthal, calcula que alrededor de 700 mil personas -entre ellos, serbios, gitanos y judíos- fueron asesinados en ese lugar cercano a la ciudad de Zagreb. Sakic huyópor la llamada "ruta de las ratas". Llegó a la Argentina a bordo del buque "Tucumán" en diciembre de 1947 con visas obtenidas en el consulado en Génova, Italia. Estas últimas se consiguieron por una gestión hecha en Buenos Aires por sacerdotes franciscanos de un convento de Zagreb ante la entonces primera dama Eva Duarte de Perón.. El 4 de octubre de 1999, Dinko Sakic fue condenado a 20 años de prisión, la pena máxima en Croacia para los hechos cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. El ex director de Jasenovac fue encontrado culpable de "crímenes contra la humanidad, de violación de convenciones internacionales y de crímenes contra la población civil".

FIN DE LA SEGUNDA PARTE

[1] La casa de la calle Garibaldi. Editorial Grijalbo, Barcelona España 1975