sábado, 22 de novembro de 2014

El Mercurio, Chile, 15/11/2014




Caso salpica a la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff:

Ola de detenciones agrava el escándalo de Petrobras









Policía arrestó a ex director de la compañía estatal y a otras 26 personas

JAVIER MÉNDEZ ARAYA

A menos de un mes de la reelección de la Mandataria Dilma Rousseff, el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras se agravó ayer con la detención de un ex director de la compañía y otras 26 personas en el marco de una investigación sobre lavado de dinero y sobrefacturación de contratos para el pago de sobornos que habrían favorecido a políticos.


Los arrestos y búsquedas involucraron a 300 agentes federales y a 50 funcionarios del Ministerio de Hacienda que fueron desplegados en cinco estados y en la capital, Brasilia, en un nuevo capítulo de la Operación "Lava Jato" (Operación Limpieza), iniciada en marzo pasado, cuando la policía empezó a indagar una trama de lavado de dinero.


La policía recibió 85 mandatos judiciales: seis de prisión preventiva, 21 de prisión temporal, nueve de prisión coercitiva (cuando la persona es llevada a la cárcel para prestar declaraciones) y 49 de búsqueda y captura.


El escándalo ha salpicado a la Presidenta, a su antecesor Lula da Silva y al oficialista Partido de los Trabajadores (PT), puesto que los fraudes habrían ocurrido entre los años 2004 y 2012, período que coincide en gran parte con los años en que Rousseff presidió el consejo de administración de Petrobras, entre 2003 y 2011.


Además, fue uno de los temas más debatidos en la campaña electoral que terminó con la reelección de la Mandataria, quien llegó a ser acusada por una revista de conocer el esquema de corrupción junto con Lula.


El ex director de ingeniería, Renato Duque, es el segundo ejecutivo de alto rango de Petrobras que cae en manos de la policía como parte de la indagación.


Antes había caído Paulo Roberto Costa, ex director de Abastecimientos y Refinería de Petrobras, quien reveló en un acuerdo de delación compensada con la fiscalía que sobornos de un 3% del valor de los contratos se canalizaron al Partido de los Trabajadores de Rousseff y sus aliados en el Congreso cuando fue jefe de refinación (2004-2012).


La policía también allanó ayer oficinas de importantes empresas de construcción e ingeniería, incluyendo Odebrecht, Mendes Junior, Iesa, OAS, Camargo Correa, Queiroz Galvao y UTC. Allí se incautaron documentos potencialmente incriminatorios y se arrestó a altos ejecutivos.


La Justicia del estado de Paraná, responsable del proceso, ordenó bloquear unos 277 millones de dólares en bienes, propiedad de 36 de los investigados.


Las compañías indagadas tienen contratos que suman 26.600 millones de dólares con Petrobras, en el período 2003 y 2014, informó el diario Folha de Sao Paulo. Los investigadores sospechan que parte de ese dinero estaba destinado a llenar los cofres de los políticos y sus campañas.


Debido a estos acontecimientos, la petrolera postergó la entrega de sus resultados financieros, lo que provocó una caída de sus acciones de un 3%.


La decisión de retrasar el anuncio de los resultados aumentó el temor entre los inversores de que la petrolera más endeudada del mundo caiga en un default técnico de miles de millones de dólares en bonos.


El escándalo ha puesto más presión sobre la Presidenta Dilma Rousseff, quien se ha comprometido a "no dejar una piedra sin mover" en la investigación y sancionar a todos los involucrados.


Analistas brasileños consultados por "El Mercurio" coincidieron en señalar que, en vísperas de asumir su segundo mandato, el 1 de enero próximo, Dilma está atravesando una crisis seria que recién comienza y cuyas consecuencias son impredecibles.


"Dilma y Lula señalaron que nada sabían, lo cual demuestra una tremenda incompetencia en la gestión pública y de gobierno. Si el caso sigue empeorando y la oposición sabe actuar, esto podría terminar en un impeachment ", señala Roberto Romano.


Rui Tavares Maluf añade que todo escándalo de corrupción es grave, pero en el caso de Petrobras es peor, porque se constata un claro desvirtuamiento de la finalidad de la empresa sobre lo cual "se había venido advirtiendo desde hace mucho tiempo".